viernes, 17 de octubre de 2014

Maella (Zaragoza)



Torre civil de Maella. edificada en las siglos XV y XVI, tiene 48 metros de altura y forma octogonal en su parte superior. Está completamente restaurada, y da cobijo al salón de sesiones del Ayuntamiento, a las oficinas municipales y a la capilla de la Virgen del Portal. 

Hacia el año 1200 Maella se hallaba poblada por 30 vecinos. Sobre el año 1840 la población ascendía a 1750 personas. En 1930 tenía Maella 3450 habitantes, de los que 165 vivían eedificada en las siglos XV y XVI, tiene 48 metros de altura y forma octogonal en su parte superior. Está completamente restaurada, y da cobijo al salón de sesiones del Ayuntamiento, a las oficinas municipales y a la capilla de la Virgen del Portal.
n Villanueva de Almazán y en caseríos de San Sebastián y La Capitana. En la actualidad, Maella cuenta con 2200 residentes.
El suelo cultivable es fértil. Históricamente, los productos más cultivados han sido el olivar, la vid y el almendro; en la actualidad destaca el melocotón tardío y esta creciendo el granado. Las higueras, que por la exquisitez de su fruto dieron tanta fama a Maella, han desaparecido casi totalmente.
La Villa ha experimentado en los últimos años una gran transformación. En la década de los 50 se instaló la red de suministro de agua; posteriormente, se pavimentaron todas sus calles, y se les dotó de una espléndida iluminación. En 1966 se inauguró la piscina pública municipal. Unos años antes, en 1921, fue levantada en el barrio de San Sebastián la única plaza de toros de piedra de la comarca, con un aforo para unas dos mil personas. En ella se celebran diversas corridas y encierros de vaquillas, coincidiendo con las fiestas mayores. Desde 1984 dispone de teléfono público. Cuenta Maella con un campo de fútbol y con un pabellón polideportivo en el que se organizan competiciones de diversos deportes.


La Iglesia de Santa María de Maella fue levantada en el siglo XIV, aunque su apareciencia actual responde las obras realizadas en el siglo XVIII. De la primitiva construcción gótica, sólo perduran humildes, pero interesantes vestigios.
El templo, de estilo gótico, se construyó sobre una primitiva iglesia de origen templario. Al ser expulsados los frailes Franciscanos de la Trapa , fueron acogidos en este recinto, que fue convertido en convento. Los frailes, con la ayuda de la villa, fueron acometiendo distintas ampliaciones y reformas a lo largo del tiempo.
En el año 1777 comenzaron las obras del actual templo, a cargo del fraile franciscano Francisco Jiménez. En 1835 los frailes abondonaron el recinto y éste se destina a albergar a pobres, viudas, enfermos.

En el verano de 1404 Martín I el Humano celebró Cortes en Maella, en el recinto de la iglesia parroquial. Años más tarde, en 1423, se convocaron de nuevo Cortes en Maella; fueron las primeras en la historia de Aragón que se convocaban en ausencia de Rey. Durante la Guerra de Sucesión entre Carlos VI y Felipe V, Maella luchó al lado de Don Felipe, quien le concedió el título de "Fidelísima", y le otorgó el derecho a incorporar en su escudo la flor de Lis.

Dos monumentos llaman la atención: la torre del reloj y el castillo palacio. La primera, edificada en las siglos XV y XVI, tiene 48 metros de altura y forma octogonal en su parte superior. Está completamente restaurada, y da cobijo al salón de sesiones del Ayuntamiento, a las oficinas municipales y a la capilla de la Virgen del Portal. El castillo palacio se encuentra actualmente en estado ruinoso, pese a lo cual conserva su monumentalidad. Junto al castillo se edificó la iglesia parroquial, separados ambos por un portal que cerraba la población, y sobre el que había una pasarela elevada que los comunicaba.

Cerca de Maella, camino de Fabara, encontramos la ermita del Cristo de la Zarza, y las ruinas del monasterio trapense de Santa Susana, del que se conservan la capilla y la hermosa torre.

Detalle del Castillo- Palacio de Maella. El castillo palacio se encuentra actualmente se halla en estado ruinoso, pese a lo cual conserva su monumentalidad. Junto al castillo se edificó la iglesia parroquial, separados ambos por un portal que cerraba la población, y sobre el que había una pasarela elevada que los comunicaba.

La leyenda de Maella

Esta hermosa narración cuenta como el Señor habitante del Castillo mantenía a la población en un estado de continuo descontento como consecuencia de la opresión. En este ambiente, agitado por la injusticia del poderoso terrateniente se fraguó una rebelión encabezada por un apuesto joven campesino. Esta rebelión acabó derivando en terrible lucha con resultado favorable al Señor, quién decidió condenar a muerte en la horca al valiente joven cabecilla. La ejecución se llevaría a cabo en el "Tossal de les Forques", lugar en el que eran ejecutados los reos condenados a muerte, de ahí su nombre, que todavía se conserva en la actualidad.
La amada maellana novia del muchacho, presa del miedo por perder a su enamorado, se vió obligada a intervenir suplicando al Señor del Castillo la vida de su prometido
.
El Señor , cautivado ante el valiente y decido gesto de la joven y, ante todo, por su extraordinaria belleza se vio impulsado a pedir la mano de la doncella a cambio de la vida del joven, habiendo reflexionado las palabras del Señor, tuvo a bien jugar con estas y voluntariamente confundir la "mano en matrimonio" con su propia mano, por lo que decidió cortar su mano y hacérsela llegar al señor dueño del Castillo, quien asombrado ante el acto de heroicidad protagonizado por la joven maellana y haciendo honor a su palabra, dio la orden de liberar al joven y amnistiar a todos los habitantes de la villa. No es extraño que tan hermoso relato sirva de inspiración constante para artistas, así como está muy relacionado con la heráldica maellana - mano de carnación sobre un solo campo de plata y en medio de dos flores de lis.




 Vista de La Iglesia de San Esteban y del Castillo-Palcio desde la ribera del Matarraña
De ser cierta esta interpretación, el nombre de la villa haría referencia a esta a esta acontecimiento: MAELLA- MA D'ELLA - MANO DE ELLA.
Las flores de lis que acompañan a la mano de mujer se incorporaron a raíz de la Guerra de Sucesión, puesto que Maella se mostró fiel partidaria del aspirante Borbón Felipe, quien habiendo llegado al trono, concedió en 1708 el titulo de Fidelísima junto el derecho de añadir al escudo las dos flores borbónicas..

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